Cuando ya han pasado un par de días desde el cierre de los XXIV Juegos Nacionales Maristas femeninos que se llevaron a cabo en San Fernando, hay muchas imágenes y recuerdos que aún están muy vivos en los corazones de todos los que formamos parte de esta fiesta del deporte y fraternidad, las cuales deseamos compartir con mucho afecto.

Más allá del gran nivel deportivo en todas las disciplinas, lo que quedó en las mentes y almas es la bella amistad que se inició en estos juegos, en la cual las familias colchagüinas abrieron sus corazones para recibir a sus amigas maristas de norte a sur con mucho cariño y dedicación.

Fue una semana de trabajo, competencias y concentración, pero también de conocer a alumnas maristas de todo el país. Cada una con sus sueños, realidades y entornos socio-culturales, pero sin duda, que todas ellas unidas por el carisma del Padre Champagnat y el sello de la educación marista transversal y de excelencia, en dónde el deporte, las artes y la vida pastoral son parte de la esencia de esta congregación con más de 100 años en nuestro país.

Fueron días que nos llenamos con el colorido de cada delegación, sus estilos, esperanzas y la visita de las familias, amistades y las siempre alegres barras colegiales, quienes dieron un sello especial a esta jornada nacional deportiva, la cual trascendió por todo San Fernando y desde aquí a todos los colegios maristas de Chile.

Queremos aprovechar la instancia de dar gracias a Dios y a la Buena Madre por este privilegio de haber sido sede de estos juegos. Pero de manera muy especial a las familias del ISF por abrir sus hogares y acogerá estas niñas con mucho cariño. Al personal auxiliar y administrativo del colegio anfitrión que nuevamente mostró eficiencia y pulcritud en cada labor encomendada. A los docentes que estuvieron en las diversas comisiones. Al Centro de Alumnos (as) por su compañía. Al equipo de difusión que tuvo la misión de transmitir y dejar registro de todas las instancias en las diferentes sedes.

Pero de manera muy especial agradecer a Uds. queridas deportistas maristas desde Alto Hospicio hasta Curicó, quienes llenaron de magia y alegría nuestros corazones durante estos juegos.

Gracias por todo y que Dios Bendiga a la Familia Marista de Chile por estos dones que pudimos apreciar en estos recién finalizados juegos maristas femeninos 2018.