Junto con las
actividades de semana santa, seguido el día miércoles, nuestros
alumnos realizaron en el patio de enseñanza media una oración,
en donde compartieron y entregaron un crucifijo a cada alumno y
profesor de nuestro colegio, como símbolo de perdón y
reconciliación.
El día jueves se vivió de manera especial, en este
día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles en la que
les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Última
Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó
su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la
Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la última cena, Jesús se fue
a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de
mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo.
Nuestros alumnos vivieron un momento especial
compartiendo en conjunto los distintos ciclos y desarrollando
paralelamente diferentes actividades. los niños del jardín
realizaron una actividad muy particular, aludida al vía crucis. El
sol no fue impedimento para realizar las estaciones de Jesús antes
de su crucifixión. Los jóvenes del segundo ciclo de básica
asistieron a una misa ofrecida por el Padre Martín Medel quien nos
invito a compartir el Pan y el Vino.
El día jueves fue para compartir, conocer a quien
esta cerca de mi, el legado de Marcelino es amarnos y respetarnos
unos a otros, sobre todo a nuestros niños, por este motivo los
alumnos de enseñanza media compartieron con los mas pequeños,
realizando diversas actividades. Una de ellas fue confeccionar el
afiche del lema Corazones nuevos para un mundo nuevo. Finalmente
el Padre Miguel Ángel Rivero, celebró una hermosa homilía,
compartiendo su experiencia vivida en Colombia, enseñándonos que en
Países como el Nuestro se vive en la Gloria, y nuestros jóvenes
están libres de los males que acongojan al mundo de hoy.
Nuestro espíritu Marista es vivir con Cristo y
resucitar en él, vivir su pasión y por sobre todo Amar su obra