Querido Sergio

Hoy lloramos tu partida tan repentina y sorpresiva. Hoy sentimos tu ausencia en cada rincón del colegio. Es difícil entender que ya no llegaras a las aulas y atender a tus alumnos (as) que siempre se disponían a escuchar tus conocimientos. También sabemos lo difícil para tu familia sentir que ya no los acompañas terrenalmente.

Pero queda una sensación de esperanza al saber que el paraíso ha llegado un buen tipo, sobre todo un hombre sabio y de buenas intenciones, que tal como dice Edmund Burke, hará lo posible para que el Bien siempre se imponga frente al mal.

Eres un custodio del conocimiento y de las buenas intenciones, las cuales siempre plasmaste en tus años de experiencia como educador, habiendo en cada frase tuya un mensaje y una enseñanza que llegó al corazón de muchas personas. Sin duda Sergio, eres un Grande.

Y los Grandes se van donde tú estás ahora. Contemplando, analizando y enseñando. Con tu ceño fruncido y una mirada fija, pero siempre con el alma llena de bondad, cariño y al cuidado de tus seres queridos, a quienes jamás dejaras de proteger.

Lloramos tu partida querido amigo. Nuestro colegio siente un vacío grande, pero también sabemos que hoy el Señor te entregó una nueva misión, la más importante: Ser un educador iluminado que seguirá trabajando por esta comunidad educativa agradecida eternamente de tu entrega y compromiso.

Vuela Alto Sergio y nunca dejes de volar. Eres un soñador y este mundo necesita de soñadores como tú, que hagan de este mundo un lugar más acogedor y en paz.