“La iglesia del primer milenio nació de la Sangre de los Mártires”, afirmo el Papa Juan Pablo II. El testimonio ofrecido a Cristo, hasta derramar la propia sangre, es una evidencia que no hay que olvidar. Por eso nos congregamos como Comunidad Educativa, para hacer memoria y agradecer a Dios que ha suscitado misioneros a los hermanos Maristas (Miguel, Servando, Julio & Fernando).

Sin duda es una fecha que nos marca fuertemente, y es nuestro deber espiritual recordar a nuestros hermanos. Morir en el servicio fraterno de ayudar no es en vano, y es nuestra responsabilidad darlo a conocer, más aun en la generación que hoy vivimos, por ende es importante para los Maristas conmemorar y celebrar este día con mucho regocijo. Los educadores tenemos el deber de educar, y enseñar los valores esenciales de la vida, el respeto, el amor al prójimo, el ayudar, el vivir sanamente y el disfrutar con responsabilidad.

La oración colegial nos motiva a creer en los testimonios de estos hermanos, vivir y compartir con los pobres enriquece el Alma, ese era el pensamiento de nuestros hermanos, haciendo un llamado fraterno a compartir y vivir siempre con el más necesitado.

Finalmente como signo de agradecimiento, en la oración se entrego un arreglo floral en memoria del Hemano Fernando de la Fuente, por haber sido Educador y Rector de nuestro Colegio.

Diste todo por Amor, diste hasta tu propia vida, te fuiste al lado del Padre de la Mano de María…